dimanche 28 février 2010

Cap 9. Sorpresa

Entré a clase y noté cómo las miradas crecían con cada paso que daba. ¿Por qué era el maldito foco ese día? Sabía quién podía ''ayudarme'' y no dudé en preguntarle lo que pasa.


En el recreo me dirigí hacia él. Estaba con su pandilla de amigos.

- Hola James.

- Hola...

- Puedo hablar contigo... a solas.

- Sí, claro. ¿Nos dejáis un momento chicos? - los chicos asintieron y se fueron - ¿A qué se debe este repentino saludo? ¿Dejas de ignorarme?

- Eras tú quien me ignoraba. Yo sólo me alejé un poco. Bueno, no he venido para eso. Sé que te llevas muy bien con todo el mundo así que estoy segura que sabes lo que pasa.

- ¿De qué hablas?

- Vamos James, nos conocemos. Además si es malo para mí seguro que te sentirás super bien después de echármelo a la cara.

- Eso no es cierto.

- Vale. Pero dímelo de todos modos. Quiero saberlo. No puedo soportar mas las miradas de los demás. Por favor... - le miré fijamente a los ojos. Eran tan claros y bonitos. Era difícil que no consiguiera llamar la atención.

- Es sobre Liam.

- ¿Qué le pasa? - Liam era el chico del cual me enamoré en 1º de ESO. Formaba parte del grupo de James, los populares. Había un año de diferencia entre nosotros. Lo consideraba como el chico más guapo que podría conocer: alto, ojos marrones y profundos, pelo color castaño, sonrisa encantadora, mirada seductora y cautivadora... La mayoría de mi clase conocía la historia porque coqueteó conmigo, me conquistó, y desapareció. Creía que él era el bueno. Que a él le podía decir SÍ de una vez por todas, pero no fue posible.

- Ha vuelto - suspiró.

- ¿¿Perdona?? - mi corazón latía tan fuerte que tenía la impresión de que iba a salir de su sitio.

- Su padre tuvo que volver por nego...

- Sí sí sí, pero ¿volverá a este instituto?

- ¡Ay Hillary! ¿Estás en otro mundo o qué? - estaba totalmente confusa - Ya está aquí.

- ¿Cómo dices?

- Estará en este momento perdido entre los chicos y las chicas . Le saludé en la entrada. Como la mayoría.

- Así que ha vuelto... - me quedé pensativa sin darme cuenta de que lo decía en voz alta.

- ¿Qué? - dijo con una sonrisa pícara.

- No, nada.

- Dentro de poco vendrá a por aquí, por si quieres saludarle.

- No. Ya tendré ocasión de verle. Supongo... Gracias por contármelo.

- Aquí estamos señorita. Para servirle - le sonreí.


Me fui a clase. Creía que allí no encontraría a nadie ya que yo tenía las llaves pero olvidé que se encontraba en una esquina perfecta para las parejitas.


- Uh, perdona.

- Hill, ¿qué haces aquí?

- Creía que no iba a haber nadie.

- ¿Estás bien Hillary? - preguntó Matt.

- Sí sí, perfectamente - claro que no estaba bien - os dejo - dije intentando sonréir para que no sospecharan - Hasta luego.


Me di la vuelta y seguí con mi camino. No quería preocuparles. Más en ese momento... se les veía tan lindos juntos... ¿Quién era yo para estropearlo? Noa me decía siempre que dejara de pensar en los demás por un momento y que me concentrara en lo mío... ¡Bah! Era casi imposible. Ya tenía la costumbre de ocuparme de los demás ya que mi vida era un asco.

Nota:

Ha sido muy "emocionante" escribir esta capítulo, espero que os haya gustado ^^

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